viernes, junio 22, 2007

Detalles que te cambian la vida

17:40 horas.
Un rato de relax en un bar de Sevilla. Estoy con dos compañeras, las dos se llaman María. No hay apenas gente, tan sólo un señor en la barra devorando a toda prisa un bocadillo, según dijo al camarero al que parecía conocer bien, tenía que apurarse para entregar un pedido. Dos muchachos en una mesa junto a la nuestra se sientan a comer. En el patio del bar sí hay un gran bullicio. No sé por qué no salimos nosotras también al patio. Lo pensamos, pero tal y como llegamos colocamos los bártulos sobre una de las mesas cercanas a la barra y ahí nos quedamos. No importa, el ambiente es agradable.
Yo me pido un zumo de piña. Aún me queda el pesado recuerdo del plato de pasta que hace unas horas he tenido que tragar aún más deprisa que el señor de la barra su bocadillo, no me atrevo a forzar mi delicada digestión con algo sólido todavía. Mi amiga se pide un batido y una palmera de chocolate. Incrédula le pregunto:

-Pero María, tú ¿no eras alérgica al chocolate?.

María me responde decidida: -Sí, lo era y lo soy.

-¿Y? - le sigo preguntando a medida que mi incredulidad va en aumento -Entonces, ¿cómo te vas a comer una palmera de chocolate?.

Ella con total naturalidad me contesta: - Pero Pablo la quiere, y si él me pide chocolate tendré que dárselo aunque yo mañana tenga la cara hinchada y llena de granos.

Pablo es el niño que lleva en su vientre. Está embarazada de cinco meses.Hace tan solo unos días los médicos le han confirmado que es un varón, ella ya lo sabía desde el primer momento. En sus planes entraba tener dos niñas y, además, gemelas. Lógicamente éstas no son cosas que se puedan planificar así porque sí.
Pablo es un poco el niño de todos. Recuerdo cuando le conocimos por medio de una fotografía con tan solo un mes de gestación. Es increíble, pensaba que solo se verían unas manchas indescifrables pero no, se distinguía perfectamente la silueta del pequeño. Cuando yo nací no había esas cosas, en parte me alegro, no quiero imaginarme a mi madre desempolvando fotografías mías del interior de una caja de cartón vieja y enseñándole mi etapa fetal a las vecinas.
Hablamos. Hablamos de cómo Pablo se despierta cada día a las 9:05 de la mañana. Hablamos de cómo es la primera vez que María se come una palmera de chocolate y lo hace siendo alérgica al chocolate.Hablamos de cómo su madre se queja de que, lo que no ha conseguido ella en 28 años (ver a su hija comerse un guiso de patatas con chocos), lo había conseguido el niño en tres meses. Hablamos de cómo su compañero de trabajo se acordó "hasta de la madre que la parió" porque durante un viaje en pleno Madrid se le antojaron palomitas. Hablamos de cómo su tocólogo está ¡de infarto!, tanto que a una casi le entran ganas de quedarse embarazada. Dije "casi".
Hablamos de cómo, cada vez que el pequeño dá una patada, ella le dá otra al padre porque según dícen los médicos: el embarazo es para compartir. Hablamos de su jefe, del viaje que tiene preparado en pandilla hacia Madrid y de dónde meterse con 22 personas en una ciudad a rebosar en un día de celebración.Reímos.
De fondo suena Antonio Carmona con su "No pierdas la esperanza". Cómo me gusta. El flamenco no lo soporto, pero este aire tímidamente aflamencado que le dan los Carmona a sus canciones y su letra de lo más acertada, hacen que escuchar música sea un verdadero placer. Miro el reloj, aún es temprano.
Seguimos hablando, esta vez de Jose, su marido. Es un chico extraordinario. Llevan 14 años juntos: 12 años de novios y 2 de casados. Hoy en día, esto tiene mucho mérito.

La observo, entran unas compañeras con las que María se lleva fatal. Nos saludan, le preguntan sorprendida si está embarazada. Ella, asiente con la cabeza y parece querer contestarles: -No si te parece esta barriga es de comer aceitunas.La felicitan y se abrazan. Mi otra compañera y yo nos miramos, no podemos creer lo que estamos viendo. Como si hubiesen sido uña y carne toda la vida. Esperamos a que estas chicas se vayan y María nos díce: - ¡Qué le voy a hacer, éste Pablo que quiere que yo me lleve bien con todo el mundo!. Sigo observándola. Definitivamente,me digo,María ha cambiado.

Salimos del bar. El sol aprieta como él solo sabe hacerlo en Sevilla.Las calles están prácticamente desiertas. Me fijo en la diferencia de temperaturas de dentro del bar a ahora en la calle, es notoria. Ahora hablamos de fútbol y de la gente y de otras muchas cosas. En el tema del fútbol, a mí me toca la peor parte, como casi siempre.
Hoy no ocurre nada especial, pero es la típica tarde que no te importaría que durase eternamente.



viernes, junio 15, 2007

Anoche tuve un sueño muy bonito. De esos sueños que te reconfortan y al despertarte hacen que te sientas espectacular. Un sueño que provoca que tu mente, durante todo el día, se abandone en el intento de seguir soñando aunque sea despierta. La verdad es que me merecía un descanso así, llevaba varios días durmiendo poco más de cuatro horas, la noche anterior ni siquiera eso: me acosté una hora. Y, por experiencia os advierto que, para eso, mejor no acostarse. Al menos a mí me sienta peor dormir una hora que permanecer 24 despierta. Al despertar tan repentinamente, se te queda un mal cuerpo. Yo lo sabía, pero es que la tentación de meterme en la cama aunque fuera por unos minutos era demasiado grande.
Sin dilatarlo más, paso a relataros mi sueño: La verdad es que poco hay que relatar porque, como sueño que es, el sentido común no era nuestra compañía. Tan sólo recuerdo unas escenas sueltas, como pasajes de una película en la que, de repente cortan y estás en otra escena sin saber cómo llegaste allí ni qué haces exactamente pero que, prestando atención a tu alrededor le vas encontrando su sentido. Por momentos viajaba en un gran barco, que no era ni mucho menos el Titanic. Se trataba de un barco humilde en el que no sabía por dónde ir ni qué hacía allí, pero no me importaba. Caminaba sin rumbo fijo pero como si incoscientemente supiera que no me iba a equivocar de camino o como si, realmente no me importase hacerlo. Luego aparecía caminando por un parque rodeada de arbustos con flores rojas. De nuevo,me parecía volver a pasear por el barco. Iba sola. Pero había una persona que siempre seguía mis pasos. En una ocasión me paró un señor y me estuvo haciendo preguntas. Yo le respondía como si se tratara de un juego, sin prestarle demasiada atención, como el que siembra más dudas con cada nueva respuesta. Estaba demasiado ocupada mirándole a él (no a éste señor, sino a la otra persona, a la que seguía mis pasos), también en esta ocasión estaba cerca, sentado a cierta distancia y yo no podía desviar mi atención para otro lado. En ningún momento hablamos, en ningún momento dejó de existir distancia entre nosotros ni intercambiamos largas miradas. Mi travesía era silenciosa, acompañada de una soledad sosegada y aquél humilde barco, me parecía un paraíso.

(...)

¡Lo que son los sueños!. Ni viajaba en el Titanic ni me acompañaba Leonardo Di Caprio. Me alegro, Leonardo no es un chico con el que yo soñaría. Que me perdonen sus fans. Desconozco qué significado puede tener ese sueño, probablemente ninguno. Sólo que estaba cansada y, a lo mejor, algunas de mis preocupaciones absurdamente disfrazadas, encontraron una vía de escape a través del letargo. ¡Pero qué sensación de bienestar al despertarme!. Lástima que solo fuera un sueño. Aunque, al fin y al cabo, qué diferencia existe entre los sueños y la realidad. Es tan dificil diferenciarlos, son ambos tan reales. Los dos comienzan del mismo modo y ambos terminan igual. En ocasiones, estando despierta, también suceden situaciones absurdas.
¿Quién nos grarantiza que no pueda ser la vida un sueño y los sueños sean en relidad la vida?. A lo mejor estoy soñando ahora mismo...

jueves, junio 07, 2007

El puente del Arco iris

EL PUENTE DEL ARCO IRIS:
Hay un puente que queda entre el Paraíso y la Tierra, y se llama Puente del Arco Iris. Cuando un animal que ha sido especialmente amado por alguien aquí en la Tierra muere, entonces va al Puente del Arco Iris. Allí hay valles y colinas para todos nuestros amigos especiales, para que ellos puedan correr y jugar juntos. Hay mucha comida, agua y sol, y nuestros amigos se encuentran cómodos y al abrigo. Todos los animales que han estado enfermos o que eran ancianos, recuperan su salud y vigor; aquellos que fueron heridos o mutilados recuperan lo perdido y son fuertes nuevamente, tal como los recordamos en nuestros sueños de días y tiempos pasados. Los animales están felices y contentos, excepto por una pequeña cosa: cada uno de ellos extraña a alguien muy especial, alguien a quien tuvo que dejar atrás. Todos corren y juegan juntos, pero llega un día en que uno de ellos se detiene de repente y mira a la lejanía. Sus brillantes ojos se ponen atentos; su impaciente cuerpo se estremece y vibra. De repente se aleja corriendo del grupo, volando sobre la verde hierba, moviendo sus patas cada vez más y más rápido. Tú has sido avistado, y cuando tú y tu amigo especial finalmente se encuentran, los dos se abrazan en un maravilloso reencuentro, para nunca separarse de nuevo. Una lluvia de besos cae sobre tu rostro; tus manos acarician nuevamente la cabeza amada, y puedes mirar nuevamente a los confiados ojos de tu mascota, tanto tiempo apartada de tu vida, pero nunca ausente de tu corazón. Entonces los dos cruzan el Puente del Arco Iris juntos...
Autor desconocido
Esta historia la cuenta una amiga del foro de ANAC(Asociación Nacional Amigos del conejo) http://www.anacweb.com/. Es una historia de las tantas que las personas que hemos sufrido la desagradable experiencia de perder a un ser querido(aunque sea peludo y de orejas grandes), buscamos para no caer en el oscuro pozo de la tristeza. Son fantasías que nos inventamos y que, ni nosotros mismos nos creemos pero tratamos con todos nuestras fuerzas de hacerlo. En el fondo, sabemos que no son ciertas, pero es la única cuerda que tiene nuestro corazón para agarrarse y no caer ante la profunda y tortuosa ignorancia de nuestra mente acerca de lo que, tan cerca nos acecha y tan poderosa es sobre cualquiera de los seres que aquí habitamos. Ya que no nos queda otro camino, aprovechemos esa ignorancia y pensemos que, por qué no va a ser cierta esta historia. Puede que no haya arco iris, puede que no exista un mundo de jardines para que estos seres a los que tanto hemos amado (y amamos) correteen y jueguen. Pero es posible que sea algo todavía mejor eso, algo que por desconocerlo no podemos ni imaginarlo pero, sin duda, verdaderamente hermoso. Tal vez, lo que haya tras estas imágenes que vemos cada día y que, nunca sabremos por cuanto tiempo podremos tenerla ante nuestros ojos, sea un nuevo camino, otro paisaje de un gran viaje. A lo mejor, esos seres vuelven a nuestro mundo con otra apariencia totalmente diferente y un nuevo destino. Es posible que nos reencontremos. Esto dícen muchas religiones(en su mayoría). El día que nos encontremos todo será como si hubiéramos acabado de despedirnos, tal vez como si ni siquiera lo hubiéramos hecho, el tiempo no habrá transcurrido. Esto es posiblemente, debido a la relatividad del tiempo, lo que aquí son años allá pueden no ser sino segundos, lo que aquí son décadas allí pueden ser sólo minutos.
Todas estas teorías no son sino hipóteis. Mi opinión: una mezcla de todas ellas y un sin fin de dudas (algo angustiosas, lo confieso). Aunque para mí, hay una idea que sí tiene sentido y es que, comprobado que, en ocasiones una mano invisible parece estar pendiente de tí en el momento clave de evitar una tremenda desgracia, comprobando cómo en mi pequeño ese "ángel guardián" apareció más de una vez, no me cabe en la cabeza que alguien o algo se tome tantas molestias para que, de repente todo eso quede en nada.