Ariel Rot tiene razón.
Tal vez Ariel Rot tenga razón. Tal vez lo que recogen sus letras en "Cenizas en el aire" : "La cabeza en la boca del león soy un domador muy poco decidido tengo estilo pero soy mal jugador ,el premio de consuelo lo tengo merecido", encaje bien conmigo. En este largo periodo sin entrar en el blog, por causas ajenas a mi voluntad, me he sentido moralmente obligada a meditar sobre un asunto. Mi eterno asunto, en realidad. Y sí, como expresa Ariel Rot, lo tengo bien merecido. Quizás teniendo las mejores cartas, no me atrevo a jugarlas o, puede que realmente mis cartas no sean tan buenas. De cualquier modo, quien no arriesga siempre estará con la mente buceando en esa remota posibilidad de "qué ocurriría si lo intento".
Me resulta un poco desolador la manera de la gente de entender la felicidad. Claro que cada cual es libre de buscar la felicidad como mejor le parezca (al menos, ellos la buscan). A encuestas típicas como "Qué haría usted si le tocara la lotería", "Qué necesita usted para ser feliz", la respuesta mayoritaria siempre está relacionada con dos cosas: tener mucho dinero y no hacer nada. Con frecuencia escucho a personas de diversas edades decir que necesitan vacaciones, para "no hacer nada", no conciben un día de fiesta si no es permaneciendo todo el tiempo tumbados en el sofá sin mover un dedo. Envidian a los famosos que disfrutan de sumas millonarias, que tienen gente a su servicio que ya mueven el dedo por ellos. Parecen desear más que casi ninguna otra cosa en el mundo, que les toque una lotería "bien gorda" para dejar el trabajo, los estudios y no volver a trabajar en su vida, ni aunque sean tan afortunados de estar estudiando o trabajando en aquello que (se supone) les gusta. Yo debo ser la persona más atípica del mundo. No me cambiaria ( y lo juro,eh?!) ni por el personaje más rico y famoso del mundo, ni pienso que me fuera a hacer extremadamente feliz ganar la lotería (lo que sí es cierto es que me daría algo de tranquilidad), ni me cambiaria jamás por la princesa de Asturias. Qué horror, pobre Letizia!. Esta muchacha me inspira ternura, no considero que las malas críticas que recibe sean justas, no hay que fijarse mucho para darse cuenta de que su vida, lejos de mejorar a empeorado hasta tal punto de perder por completo su significado. Letizia ahora es lo que una vida de puro protocolo está tratando de forjar en ella. Yo a quien envidio es a Samanta Villar (reportera de España Directo) y a Miguel Ángel Sánchez(reportero de Andalucía Directo), que los dos tienen la enorme suerte(y bien merecida) de haberse convertido en presentadores de un programa como ese y al mismo continuar al pie de la noticia que es el motor de todo periodista. Envidio a cada nuevo reportero que entra a formar parte del equipo. Me gustaría tener la vida de Nieves Herrero. Envidio a quienes han trabajado con Luis Del Olmo, Carlos Herrera, Iñaki Gabilondo y un largo etc. Envidio también a otras profesionales como Irma Soriano, Consuelo Berlanga por haber tenido la oportunidad de aprender de un maestro como Jesús Hermida. Y a Matías Prats (padre e hijo) y a Alfredo urdaci y a Ana Blanco, y... ya paro, porque los que no estéis muy puestos en esto os estaréis aburriendo. Envidio, por último, a los profesionales que, aunque tengan que sacrificar horas de descanso, tienen la oportunidad de transmitir en directo una noticia de gran alcance.
Eso sí que me hace sentirme feliz con solo imaginarlo, eso sí que me produce un placer que ni el Herbal Essences.
Recuerda, si te gusta viajar: http://viajesycultura.blogspot.com/. Espero que te guste.