viernes, febrero 29, 2008

Mi agenda para el fin de semana

1. Descargar mi cámara fotográfica.
2. Responder a la postal de mi amiga Vanessa, de Barcelona. Me pregunto cuánta gente seguirá enviándose postales hoy en día. Quizás deba contar un día nuestras correrías por allá, (¿Te parece bien Vanessa?). Bonitos recuerdos: nuestras reuniones en la Txapela, las tardes disfrutando del "Espesso" del Cacao Sampaka, los espectáculos de Lluís (le mando un abrazo) e innumerables recuerdos más. Dices bien, amiga, a ver si...repetimos.
3. Comprar dos entradas para "Restaurant tú three". Y asistir.
4. Investigar qué le ocurre a mi blog con el You Tube que últimamente no me deja poner vídeos.
5. Planificar mi agenda de la semana coordinando mi horario con el de Ángel. De esta semana ese café no pasa... ¿será así esta vez?
6. Jugar con Antoñito. Después del susto que me dió, cuando le veo saltando y corriendo me siento feliz.

¿Cuántas horas creo yo que tiene un fin de semana?

jueves, febrero 28, 2008

"Había descubierto que en un punto dado el miedo ya no podía crecer más. Cada nervio estaba a tope. Como el cerebro no podía procesar más entradas, se limitaba a sostener la cresta de terror que había alcanzado. Cada nuevo sobresalto, cada nuevo y terrible pensamiento no podía sumarse al terror ya existente porque el cerebro se desprendía de los datos anteriores para abrir sitio a los nuevos". Reino de tinieblas. Dean R. Koontz.

¿Creéis que ocurre algo semejante con el dolor? ¿O con la tristeza?. Yo creo que sí. Eso es una ventaja.

martes, febrero 26, 2008

"Cuando me dicen que soy demasiado viejo para hacer algo, procuro hacerlo en seguida". Pablo Picasso.


¿A qué reportero de ED representa este dibujo? No vale leerlo, eh? Miren solo a la izquierda, no lean. Jajaja.
Gracias Cristina

domingo, febrero 24, 2008

Algunos sábados que estoy en casa, me gusta sentarme tranquilamente en el sillón y disfrutar del programa de Jamie Oliver en Localia Tv. La verdad es que casi siempre se me olvida ponerlo, lo encuentro por casualidad haciendo zapping, pero comparando lo que ponen en otra cadenas, la cocina de Jamie Oliver es de lo menos malo. Me cae bien Jamie. Ayer me reí mucho con él, el pobre en su intento de que los niños comieran su comida, se disfrazó de mazorca de maíz, se inventó una canción y un baile, juegos, pegatinas, de todo con tal de que los colegiales aceptaran probar nuevos sabores. Auque al principio se le hizo muy difícil, finalmente lo logró. Es increíble lo que llevan los niños de almuerzo: gusanitos, chocolatinas. Hablo de almuerzo, no de desayuno ni merienda ni tentempié. A Jamie los nuggets le ponen de los nervios. Es lógico teniendo en cuenta que su pasión es la cocina y, siendo inglés, con la mala fama que eso supone aquí en nuestro país en lo referente a la cocina, debo decir que hace muy buenas recetas. Es un fanático del aceite de oliva y las especias. Una de sus tareas fue educar a una familia a alimentarse correctamente, en esa casa sólamente se comían fideos y otra cosa más que no recuerdo. Pero fideos sin aceite, ni sal, ni nada que le diera sabor. El niño no sabía lo que era una zanahoria ni había probado jamás el pollo. Según nos hicieron ver, al cambiar la alimentación de la familia, lo hizo también el ambiente, el carácter. Y por una única ocasión en que por probar, la madre dió al niño un refresco, a la media hora volvió todo a ser como antes, es decir, un desastre. Eso a mí ya me parece exagerado. Es cierto que en la alimentación está la base de todo, pero tampoco creo que debiera ordenar a los niños que tirasen las golosinas (incluído en chocolate). Los niños son reacios a probar sabores nuevos y más si son directamente procedentes de la madre tierra (no procesados), pero yo conozco a "algunos" no tan niños (según ellos) ... y que tampoco conciben eso de meterse en la cocina y elaborar un plato sano. Programas simplones como estos, son los que pueden entretenerte una tarde sin necesidad de indagar maliciosamente en la vida de los demás ni dañarte los oídos con gritos de un presentador patético. Eso y luego, un poquito más tarde en la misma cadena: "Viajar por el mundo". No hace falta mucho para pasar una buena tarde.

viernes, febrero 22, 2008

Aunque aparezca menos por aquí en estos días, no me olvido del blog. En el interior del mismo también hay que trabajar. Estoy haciendo algunas modificaciones.

AIRELIBRE, ánimo para tu amiga en su operación de hoy. Justo a las 15:00 por mi reloj, me acordé de vosotras. Todo saldrá bien. Un abrazo.

Pd: También tengo que cambiar la canción, lo sé. Disculpad lo pesada que pueda resultar. Pero es que cada vez que entro al blog y escucho esa canción de Rosana, me resulta muy dificil quitarla. No tengo mucha inspiración en estos días como habréis comprobado. Y, de verdad, que no os imagináis cómo esa canción me toca el corazón. Siempre que la escucho me digo: ¡éso es lo que yo quería decir (escribir)!.
Un abrazo.

jueves, febrero 21, 2008

"Cuántas cosas perdemos por miedo a perder". Paulo Coelho

miércoles, febrero 20, 2008

Llego tarde a casa y estoy algo cansada. No tengo muchas ganas de pensar hoy en un post. Así que, con su permiso, le cojo el suyo a Quique, que como es un sol, no le importará. Él ha encotrado la manera adecuada de contar lo que pretendía exponer aquí esta tarde:http://quiquemorales.blogspot.com/2008/02/toc-toc.html Gracias Quique!.

martes, febrero 19, 2008

Tormenta

En los sentimientos también se dan tormentas, también aparecen nubarrones que nos amenaza fuertes borrascas y afortunadamente también sale el sol y las últimas gotas de lluvia nos permite vislumbrar un hermoso arcoiris. A veces el arco iris tarda en salir, a veces la lluvia parece inundar tu alma y el frío intenta helar tus sensaciones, pero la primavera, tarde o temprano acaba por llegar. El domingo experimenté algo parecido: un cúmulo de sensaciones sucesivas, pasando por todas estas etapas. En apenas diez-quince minutos. Una experiencia como esta, por escabroso que parezca, puede resultar enriquecedora. Como ya adelanté, llevaba un tiempo bloquedada en cuestión de ideas, "se me olvidó cómo pensar". Es increíble cómo el ser humano reacciona ante situaciones desesperadas y cómo espera a estar en una situación desesperada para reaccionar. Tenía razón Andrés Ibañez en sus comunicados de la tortuga celeste con su artículo "Puedes hacer lo que quieras". Estás vivo pero vives como si estuvieras muerto. Increíble pero cierto. Así es, al menos en mi caso, y creo que no seré la única. El ser humano sólo aprende a valorar las posibilidades cuando las pierde, o cuando está a punto de perderlas y, en ocasiones, viene bien un pequeño "susto" que actúe como desfibrilador sobre tu corazón y le dé ese impulso que necesita para salir de su pasividad natural, de su lasitud, de su pereza. Ese pequeño gran aviso que te hace ver todo lo que has perdido para luego ayudarte a tomar las riendas fuertemente y no dejarlas escapar. El domingo experimenté algo semejante. En esos minutos en los que creí haber perdido una ¿gran? oportunidad y me agobiaba tratando de encontrar una solución para arreglar el mal, por mi cabeza lamentándome iban pasando todas las posibilidades perdidas con la nueva situación. Finalmente, no fue más que una falsa alarma, pero les juro, que la multitud de sensaciones que experimenté no tienen precio. Una tras otra: del susto, a la tristeza, al alivio, a la alegría, luego la esperanza, la ilusión. Somos así de tontos, necesitamos de esos pequeños-grandes sustos para despertar de nuestro letargo y actuar. Somos así de pesimistas, vemos las posibilidades que tenemos sí, y las valoramos, pero cuando ya se perdieron(o creemos haberlas perdidos). Al menos algunos de nosotros.
Esta nueva situación ha venido en un momento poco apropiado. O no. La verdad es que tal vez suponga la excusa que necesitaba, un claro en el camino que me permita visualizar la ruta a seguir y que por mí misma no conseguía ver. ¿Serán los hados que han acudido a mí en el momento justo de desesperación? Esta estrella (esa luz) me ha venido muy bien. Pero estamos de nuevo en la disyuntiva, en la desazón de volver a equivocarnos. En estos momentos echo de menos a cierta amiga que está algo lejos y cuya opinión me ayudaría a valorar la situación y las opciones. Sobre todo porque ya hablamos de esto y de la necesidad de que algo así ocurriera. Y justo ocurre cuando ella no está. Lo que son las cosas. La situación es "graciosa" porque puedo volver a cometer la misma metedura de pata que la vez anterior. Aunque ni siquiera sé a ciencia cierta si la metí. Puede que descubra que no fue así, puede termine de liarla del todo. O puede que todo quede tal y como está y no averigue nada. De todos modos, mi decisión no será facil. Supongo que lo adecuado en estos casos es valorar. Colocar en una balanza aquello que tiene más peso para mí y jugármela de nuevo. Con esta expresión pareciera tener clara ya la decisión. No es fácil. No es nada fácil. Ese "aviso" no lo puedo desatender, eso es claro. Pero en cuanto a lo otro...al final va a resultar que soy una kamikaze, puedo volver a tropezar con la misma piedra. Yo que siempre fui prudente en todo, yo que el riesgo no se puede considerar una de mis características. Sin embargo, si se trata de poner en una balanza "....." y mis esperanzas, ¿Qué tendrá más peso?. Que los hados, si es que existen, no me abandonen.

domingo, febrero 17, 2008

"Puedes hacer lo que quieras"

"Algún día estarás muerto y ya no podrás hacer nada, al menos en este mundo,y hubo una época, hace años en que no estabas aún en este mundo, no estabas vivo, y entonces no podías hacer nada (al menos en este mundo), pero ahora estás vivo, puedes hacer lo que quieras. Tienes límites: no tienes alas, no puedes volar, no puedes respirar debajo del agua, pere esos límites no son realmente carencias, sino tu forma, to forma humana. Es cierto que no puedes volar, ni atravesar las paredes, ni mover los objetos a voluntad, es cierto que cosas que son mucho más fáciles, o que al menos son posibles para otros, a tí te parecen imposibles o casi imposibles (lograr el amor de un cierto hombre de una cierta mujer, escribir un libro, tener un hijo, dejar el tabaco o el alcohol), pero siempre hay cosas que puedes hacer y que no haces. Puedes tomar decisiones. Puedes cambiar cosas. Siempre puedes cambiar cosas, buscar, cambiar, siempre, aunque estés encerrado en el corredor de la muerte, porque estás vivo y puedes hacer lo que quieras. Siempre piensas, por puro hábito retórico, en situaciones límites: en volar, en ser inmortal, en estar encerrado en una prisión. Cualquier cosa con tal de evitar pensar en tu situación real, en la situación en la que estás ahora mismo. Todos los hombres. Pero no pienses en los otros, no pienses en esos ejemplos meramente teóricos. Piensa en tí, en tu situación actual. Te sientes atrapado. Sientes que es imposible lograr lo que deseas, que todo ha sido ya decidido. Estás vivo, pero estás viviendo como si estuvieeras muerto, o como si estuvieras muriendo, o como si tu muerte estuviera próxima. Pero estás vivo, y aunque tee resultee extraño pensarlo, puedes hacer lo que quieras. La humanidad, de la que habrás oído hablar, las grandes civilizaciones, los grandes emperadores y reyes del pasado, las grandes batallas, las gestas, los descubrimientos, las hazañas y las conquistas, nada de eso existe. No existen ni César ni Alejandro, ni los 300 de las Termópilas. No existen los egipcios ni Moisés, no existen Galileo ni Copérnico. Existes tú. Tú eres la civilización. Tú eres la humanidad. Eres todo todos los hombres. Eres quien estás vivo. Los otros no están vivos. Tú sí y puedes hacer lo que quieras. Estás vivo ahora, y durante un breve espacio de tiempo. Es breve si lo comparamos con la vida de las estrellas, pero nosotros lo vivimos como un tiempo interminable, como largas tardes, como largas noches, como largas esperas, porque siempre estamos esperando. Esperando a que llegue, esperando a que termine, esperando a que empiece. Nuestro aburrimiento es un escándalo. ¿cómo podría ayudarnos nuestra alma cuando estamos aburridos? Ella no comprende esos sentiemientos. Sueños de máquinas. Hemos descendido aquí para vivir una aventura pero no la vivimos, estamos aburridos, estamos esperando, estamos desanimados. Nada es como deseábamos. Entramos en una época en la que será cada vez más difícil sentir que estamos vivos. Dejamos pasar los días como si estuviéramos muertos, sin ser capaces de recordar que estamos vivos y podemos hacer lo que queramos. Algunos han llegado a sospechar que quizás no estemos vivos, que quizá nuestra vida no sea otra cosa que la suma de sueños y recuerdos de lo que éramos cuando estábamos vivos. Eso explicaría esa cualidad de irrealidad y de sueño que tiene a menudo nuestra consciencia. Pero no es cierto, no estamos muertos aunque vivimo como lo estuviéramos. Estamos vivos, podemos hacer lo que queramos. Entonces, ¿qué te detiene? ¿Por qué no actúo? ¿Por qué no tomas las riendas de tu vida? Te posee una curiosa pereza,una extraña lasitud. No te das cuenta de que estás vivo y puedes hacer lo que quieras".
Comunicados de la tortuga celeste.
Andrés Ibánez

Lo leí y no he podido evitar transcribirlo aquí para vosotros. A pesar de lo largo que es. Merece la pena que lo lean. A mí me encantó, me dejó muy impresionada, me sentí identificada. Mucho. Por las semanas que me he llevado de ajetreo, en las que no he podido disponer de un minuto para permitir que nada (o casi nada) invadiese peligrosamente mi cabeza robándome el tiempo y la concentración, ha llegado un momento en que he creído que se me había olvidado cómo pensar. Cuando he querido hacerlo, las ideas ya no acudían a mí. Deben saber, que para mí la felicidad es precisamente tener muchas ideas, cuando tengo proyectos en mente me siento feliz. ¿Qué mejor que saber que frente a un problema o una ilusión tienes una idea, un arma con el cual combatirlo, un camino trazado que seguir y te conduzca hacia ello? En eso consiste para mí la felicidad, no en dinero o en que me gane un coche en un concurso. Otro día hablaré sobre ello. Lógicamente esto con sus matices, claro. Ni rechazo un premio, ni me refiero a una felicidad suprema. Y precisamente el sábado cuando casi tenía claro que "se ma había olvidado cómo pensar", leo este artículo. Es cierto lo que dice, pero también dificil de seguir. Espero que a alguien anime leerlo.
Ayer me ocurrió algo, si se tercia, mañana lo cuento, ahora tengo que irme casi. Un abrazo.

Duda

¿Qué debe hacer uno cuando está triste?

sábado, febrero 16, 2008

"Sólo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar." Paulo Coelho.

viernes, febrero 15, 2008

Tras la "resaca" de San Valentín...

...todo sigue igual. Ya dije que para mí San Valentín es un día más. Fechas señaladas son su cumpleaños, el día que le conocí, el día quese inicia algo importante para él. No un 14 de febrero. Considero que toda excusa es buena para reunirse la gente que se quiere y darse cariño, pero San Valentín es diferente. Me repele especialmente por un motivo y es que, la concepción que yo tengo de la pareja es tan diferente a la que tienen muchos. Y por ello me choca la actitud de muchas mujeres. Para mí la otra persona no es una cosa que se posee. Se quejan los hombres de que las mujeres somos unas mandonas y me pone de los nervios presenciar escenas en las que compruebo que, efectivamente, están en lo cierto. Y yo soy mujer. No basta con que una persona te atraiga físicamente (para la pareja y el matrimonio digo), no me sirve de nada que mi pareja me haga un regalo porque durante una semana le he estado dando la tabarra con qué me iba aregalar por San Valentín, o que se prive de salir con sus amigos bajo amenaza de que si lo hace aguantará mis caras largas durante un mes. Muchos no son conscientes de que en el matrimonio hay vida más allá de la luna de miel, y luego claro pasa lo que pasa. Contemplo como muchas chicas dominan a su pareja como niñas malcriadas a su osito de peluche. Les veo una actitud tan egoísta, tan egocéntrica, narcisista. Tratan a sus chicos como si fuesen subnormales solo por ser hombres. Comparándome con ellas, me considero rara. Para mí la pareja implica complicidad, pariticipación, confianza, compartir cosas, ceder en favor del otro, un poco de sacrificio, pero nunca esclavitud. Jamás le prohibiría a mi pareja salir con sus amigos. Para que una relación sea sana, es necesario que cada uno reserve un pequeño espacio para sí mismo. Para mí es imprescindible que él se sienta libre, que esté conmigo porque quiere, que hable y actúe sin temor a llevarse una bronca por mi parte. ¡Soy su compañera, no su dueña ni su jefa!. Quiero a mi lado a una persona, no a una marioneta. Le pido que compartamo un proyecto en común, es importante compartir objetivos en la vida o, al menos, que respete los míos. De nada exterminar los deseos, los objetivos del otro con la excusa de que lo hará porque te quiere. Además, ¿cómo encaja eso de que a la persona a la que más quieres le prohíbas algo, le liquidas sus ilusiones, las pequeñas cosas que le hacen feliz? ¿Cómo se compagina el amor con la amenaza, con el castigo, con la presión, con las broncas gratuitas, con las caras largas? Esas son cosas que no entiendo. Decía Chateaubriand que "El hombre feliz el que encuentra una mujer que sea a la vez amante y buena compañera". Y el autor de un blog al que sigo anónimante desde hace un tiempo escribe lo siguiente: "La mujer de tu vida es la que está estrechando la mano mientras te estás muriendo". Yo añado lo mismo respecto del hombre de mi vida. Y, al mismo tiempo me sigiere una pregunta, ¿tan dificil es encontrar una mujer así?

jueves, febrero 14, 2008

Diga lo que diga San Valentín

En realidad para mí el día de San Valentín no significa nada. Sé que esto puede sorprender por la temática del blog, pero no me considero romántica. Quiero creer pero eso no significa que crea. No me emociono con los culebrones, ni se me coge un pellizco en el estómago con las películas de amor. Ni creo que el amor mueva montañas, ni en el amor para toda la vida, ni suspiro leyendo una novela rosa. Ya lo repetido muchas veces, no creo en los cuentos de hadas. De vez en cuando de doy "permiso" para soñar, pero en el fondo, sé que ni todos los sueños se cumplen ni existen las varitas mágicas. Hoy ni siquiera pensaba actualizar o, al menos, no esperaba hacerlo refiriéndome por completo a San Valentín. No soy amiga de este día. No necesito de ningún día especial para demostrar nada porque tú para mí eres importante siempre. ¿Que no te lo demuestro? Ése es mi pesar. Qué más quisiera yo que poder demostrártelo. Más que un beso, más que un abrazo, más que tenerte junto a mí, más incluso que una palabra tuya. Daría parte de los años que me tocan en este mundo a cambio de que tú sí me "sintieras" a tu lado. En cada suspiro, en cada sonrisa, en tus miradas al infinito, en cada proyecto, en cada despropósito, en cada ilusión, en cada sueño, en tus deseos, en el calor que buscas y el frío al que rehúyes, en cada nota, en cada idea, en cada rato de melancolía, en cada sentimiento de frustración (dime que esto nunca lo sientes, por favor...), en cada nueva inquietud, en cada desafío. Siempre,...siempre. Para mí San Valentín no es sino un día más de tantos otros. Como el resto de los ¿1640? días que ya pasaron (las matemáticas no son lo mío). ¡Cuántos minutos; cuántos momentos; cuántas noches de reflexión, de sueños despierta; cuánta nostalgia; cuánta felicidad; cuántas vivencias; cuántas canciones; cuántos estrenos; cuánta preocupación; cuántas dudas; cuánta oración; cuántas lágrimas; cuánta satisfación; cuántas estrellas contadas; cuántas "negociaciones" con Dios a la luz de la luna; cuántos luceros rebautizados; cuántos amaneceres he deseado compartir contigo!. ¡Qué cantidad de sentimientos caben en todo ese tiempo!. ¿Cuántos latidos le llevas robado a mi corazón...? ¡Venga, respóndeme, me lo debes!. Dime otra cosa, ¿coincidirán nuestros latidos alguna vez?. Hoy no es ningún día especial para mí. No es un día más especial que ayer, ni que antes de ayer, ni que hace dos meses, ni que hace un año, ni que hace dos, ni tres, ni cuatro...Ni creo que sea más especial que mañana. Pasado mañana quién sabe. Pero por si acaso para tí sí lo fuera, ahí va: Te amo. Según entendí estas son las dos únicas palabras que valen hoy. No puedes hacerte una idea aproximada de lo conflictivo que me resulta pronunciar (escribir) esta frase y, sin embargo, aquí la tienes. Es tuya.

Arriba tienes algunos de los cientos de lugares que quisiera compartir contigo, no hoy, sino cualquier día del año. Porque mañana ya nadie hablará de San Valentín; los comercios habrán hecho su agosto; los contenedores se llenarán de cartones y envoltorios de regalos; una flor comenzará a marchitarse al compás que decae el interés de su destinatario/a hacia ella; alguna carta caerá en el olvido sin otro destino que transformarse en un amarillento papel cubierto de polvo; álguien posiblemente te habrá cubierto de besos, te habrá abrazado hasta gastarte y te habrá repetido mil veces lo mucho que te quiere. Yo mañana seguiré igual, exactamente igual, porque San Valentín para mí no significa más que otras 24 horas para amarte.

miércoles, febrero 13, 2008

¿Saben cuál es la última tendencia en perfumería? El olor a garaje. Sobre gustos no ...

martes, febrero 12, 2008

Es tan diferente a como yo esperaba.. Dicen que a todo se acostumbra uno. Y es cierto. Hace unos años me llamó la atención un libro: "El extranjero" de Albert Camus.En él, entre otras cosas, su protagonista reflejaba precisamente eso: que, por extraño que parezca, a todo se acaba acostumbrando una persona. Su lectura no hizo sino reafirmar algo que yo misma, tan temerosa ante los cambios, he comprobado en múltiples ocasiones. Pero no es sólo eso. Curiosamente, me adapto en seguida a todas las situaciones y, ese "en seguida" puede traducirse en ¡minutos!.Sin embargo, hay dos cosas a las que no me acostumbro. Una de ellas es a no actualizar el blog. El día que actualizo, aunque sea atropelladamente y a última hora, me siento satisfecha. Aunque sea con una pequeña frase. Si no lo hago, ¡hombre, hay cosas peores...! :), pero tengo la sensación de "haberme dejado los deberes sin hacer". La segunda cosa a la que no me acostumbro por más tiempo que pase, a pesar de mi práctica forzoza, es a estar sin verte. Al principio, no me daba cuenta de que tu ausencia era el motivo de mi desgana, de mi vacío. De ese vacío que va dejando el alma mientras escapa del cuerpo, buscándote...intentando hallar ese camino hacia tí que mi mente no encuentra. Sin saber cuándo volveremos a vernos, sin certeza si quiera de si ocurrirá de nuevo. No sabía que eras tú, lo juro. Solo cada día sin verte iba aumentando un poco más mi frío, mi desorientación. Mientras mi alma fugitiva, o yo misma, no estoy segura, permaneciera vagando quién sabe en qué lugar. Comprendí que tú eras la causa en repetidas veces cuando al volver a verte, sólo contemplar tus ojos, sólo escuchar tu risa, mi apatía se transformó en fuerzas. Cuando estás ante mí, un ángel acaricia mi corazón con sus manos y parece prestarle por unos minutos sus alas. El alma ya no busca pues encontró lo que le faltaba. En esos momentos mágicos en los que hasta la vida se siente orgullosa ¡de ser VIDA!.
Esta tarde se aparece gris, taciturna. Anoche la luna brillaba linda, poderosa. Y un séquito de estrellas más numeroso que nunca antes había visto la rodeaba. Y no sentí nada, mi interior no se conmovió, mis ojos apenas se inmutaron. No sentí nada, sólo el vacío. ¿Piensa álguien que el vacío no pesa? Se equivoca. Dicen que a todo se acostumbra uno. Yo misma defendí esa tesis. Y la defiendo. Sin embargo, hay cosas a las que, por tiempo que pase, no me acostumbro.

lunes, febrero 11, 2008

www.dirtycarart.com



sábado, febrero 09, 2008

Sujeto una taza caliente de té entre mis manos y miro a Antoñito. Él me mira, quiere jugar y hoy le voy a dar el gusto. Después de una temporada de estrés absoluto, de prisas y remordimientos con cada momento de recreo que creo estar malgastando, esta tarde no tengo nada que hacer urgente. Ya tocó descansar. Esta noche habré dormido un par de horas (más que dormir dar cabezadas) pero no me importa, no me siento cansada, dentro de un rato tal vez cambie de parecer. En la mañana, mi compañera, amiga Isabel y yo hemos visitado una galería de arte. No se trataría de nada extraordinario sino fuera porque llevaba desde antes de Navidad con ese caprichito, pasando cada día delante de ella y diciéndome "a ver si tengo tiempo y me llego". La verdad es que me siento extraña, tantos planes como tenía para hoy y al final, lo que me apetece es " hacer nada" lo cual es diferente de "no me apetece hacer nada". Voy a cambiar mis horarios, con los nuevos, tendré más tiempo libre por eso debería estar contenta, pero por otro lado me entristece porque son unas horas para mí no demasiado buenas. Aún así, buscando el lado positivo que, sin duda lo tiene, me hace cierta ilusión. En estos días me he prohibido pensar en exceso, he preferido evitar riesgos que me hicieran desviar mi atención, no me lo podía permitir. Y a decir verdad, me ilusiona tener esas cuantas horas libres. Horas libres que dedicaré con esmero a lo que más me gusta (o lo intentaré).Pensaré en las múltiples posibilidades que me ofrece la vida, y en cómo abrirme camino a ellos; disfrutaré sabiendo que tengo la opción de decidir qué lectura será la proxima porque podré llevarla a cabo; elaborar esos post que siempre prometo y nunca llegan...; en cómo hacerlo más divertido o más interesante; disfrutaré con mi música favorita. Sé que también traerá consecuencias negativas: pensaré en esas palabras bonitas que nacen por y para él y que quizás nunca me atreva a decirle; en los sueños que no podré ayudarle a alcanzar, y me entristeceré inevitablemente. Pero también intentaré recordar aquellos momentos en los que me atreví a creer, en los que no era ¿derrota? sino esperanza, ilusión lo que acompañaba a estos pensamientos. ¿Acaso he dejado de pensar en estos días, en estos meses en los que me obligué a no hacerlo? No lo creo.

Buenas noches. Disfruten de la noche y del fin de semana.
(...)
Hoy que tenía tiempo para experimentar con el mp3 vuelve a estar mi pc sin sonido. Ainss..era de esperar.

Pd: eso del tiempo libre es relativo, tampoco tengo muy claro que sea tal y, desde luego, solo durará unas semanas que espero sean lo suficientemente largas. Que nadie piense que me tocó la lotería ,jeje.

viernes, febrero 08, 2008

Ratitas célebres (II)











¿Cómo se llevarán una rata y un conejo? No lo digo por Antoñito. Yo me entiendo...

jueves, febrero 07, 2008

miércoles, febrero 06, 2008

Hoy comienza mi año chino: La Rata. Sí..., ya sé. ¿Qué le vamos a hacer? Bueno hay ratas y ratas. No todas van a ser malas. También Stuart Little es una rata, ¿no?. Lo importante es aquí es que eso me traiga algo positivo este año. O a ser posible alguna sorpresa bonita en los próximos días, cuanto antes mejor que falta me hace. Una buena noticia solo eso. Aunque llevo comprobado que eso de los horóscopos y demás supersticiones a mí me suele funcionar al revés, me explico: cuando me dicen que voy a tener una racha estupendísima, malo. En cambio cuando me dice que me esperan unos días mustios, resultan buenos. No sé a qué temerle más. Normalmente los viernes y martes 13 que la gente les teme, yo salgo con una gran sonrisa porque en varias ocasiones me fue bien. No soy supersticiosa tradicional, tengo mis propias supersticiones(tontísimas dicho sea de paso).
Por cierto,¿alguien se sabe un chiste? Que no solo de pan y aire vive el hombre. Reír también es bueno. ¿Quién se apunta?

lunes, febrero 04, 2008

"Es mejor ser rey de tus silencios que esclavo de tus palabras".
Ese mismo consejo debí habérmelo aplicado a mí misma en cierta ocasión. Ójala le hubiese echo caso. O puede que haya sido mejor así. ¿Qué hacer cuándo sientes el deber de hablar aunque eso signifique esclavisarte por tus propias palabras? Hay ocasiones, en las que aún sabiendo el riesgo al que te expones, tu corazón, tu consciencia te obliga a hablar ¿demasiado?... Un riesgo que hay que asumir. Una culpa que yo asumo. Y no me averguenzo.

Buenas noches :) que descansen.

domingo, febrero 03, 2008

Curiosidades

"Dicen que al filósofo Leibniz le gustaba acudir a la universidad de Leiden, donde asistía a acalorados e interesantes debates entre pensadores, catedráticos y otras celebridades. A Leibniz le hacía gracia encontrarse allí al zapatero de su pueblo y, cada vez que le veía le asaltaba la duda. Una de las tardes, comido por la curiosidad decidió acercársele y le pregunta: -No sabía que supiera usted latín. Ni lo sé ni tengo intención de aprenderlo- le respondió el zapatero. Pero entonces,- insistió Leibniz a medida que su asombro iba en aumento- ¿cómo sabe usted quién lleva razón? Muy sencillo- respondió el zapatero,- en el momento en que hay uno que grita mucho, ya sé que ese no tiene razón".