viernes, septiembre 19, 2008

El tiempo.¿Amigo o enemigo?


Siempre he considerado que el tiempo es uno de los mayores enemigos, de casi todos nosotros. Imagino que existirán algunas personas sabias que hayan aprendido a "VIVIR" cada segundo, saborear cada instante de la vida sin que le escape uno y pasen sus días así reconciliadas con el mundo y consigo mismo. En mi caso, ya desde pequeña me dí cuenta de esta fuerte e invencible enemistad. Tendría unos ¿8 años? quizás menos, y en una tarde de juegos en mi habitación, yo era una niña muy reflexiva, no recuerdo por qué me puse a pensar en algún hecho y en cómo había pasado el tiempo desde entonces. Recuerdo que pensé: "dentro de nada, antes de que me dé cuenta, habrán pasado otra vez muchos años", y me agarré fuerte a las patas de una silla en un intento por evitar que el tiempo se escapara, que volviera a suceder que este fuera demasiado rápido, tan rápido que ni me diera cuenta ni ocasión de disfrutarlo. Otra de mis "revelaciones" sobre la fugacidad de la vida la tuve en casa de mi abuela. Yo a mi abuela la adoraba! y aquélla tarde estaba sentada en sus regazo mientras ella permanecía en su butaca. Una señora ya de edad avanzada, de aspecto más bien frágil a la que yo había convertido en mi mejor compañera de batallas. La abracé fuerte y empecé a darle muchos besos, a estrujarla. Con ello quería que cuando el tiempo pasara, cuando ella ya no estuviera conmigo no me quedaran besos y abrazos vacíos. Quise agotarlos todos en esos momentos, para no echar de menos. Los años me enseñarían que hay cosas que por mucho que tú quieras prevenirlas, no hay manera. Es imposible. También por mi falta de coraje en muchas ocasiones he querido ir a contrarreloj. Conozco de situaciones en las que habría dado media vida, por poder volver atrás, aunque de sobras sabiendo que, de todas maneras sería inútil, pues ese regreso al momento pasado solo me serviría para volver a repetir el mismo error, la misma indecisión. Hablando con un buen amigo, me aconsejó:"Cuando estés pasando por una circunstancia algo complicada, por un pequeño lío, tú piensa:¿Qué repercusión puede tener esto dentro de 10 años? Y así ya verás como la cosa no es para tanto". Tenía razón, y lo pongo en práctica ;) Con mi pequeño Oli aprovechaba toda oportunidad que tuviera para acariciarlo y darle mimos. Pero debemos comprender, que por mucho que queramos, por mucho que nos esforzemos, no podemos estar en todas las batallas. Eso no significa que hagas una mala lucha. Ya lo hemos visto, que a veces, incluso ni siendo plenamente consciente de tu entrega, evitas la posterior sensación de que quedaron mimos que dar, cosas por hacer. El tiempo es un cruel enemigo, pero no más cruel que nosotros mismos. Hace un par de meses me volvió a sacudir esa sensación. Un ciclo se cerraba en mi vida, meses de preanuncio de una despedida, tantas cosas en la cabeza, tantos temas por cerrar que cuando me dí cuenta, me encontraba en los últimos minutos del último día. Y me embargaba esa sensación de: "No puede ser!. Pero si me quedan tantas cosas por hacer..." De repente cinco años se concentraban en unos escasos minutos y me sentía tan ridícula como si me hubiera presentado a un examen habiéndome dado cuenta en el mismo momento de sentrame al pupitre que aún no había estudiado. Y yo no sé...Pero creo que las cosas las estoy haciendo medio bien. Simplemente es que el tiempo, es ese amigo-enemigo que todos tenemos en común. Es amigo porque te enseña, aunque no siempre. Es amigo porque te corrige, o eso debe. Es amigo porque según dicen, a veces la vida misma te borra ciertas heridas, aunque nuevamente...no siempre. Sea como sea, no es culpa nuestra, así es la vida. No podemos estar en mil batallas. Es imposible.
(...)
Por cierto, para los aficionados a los Cortos: Festival de Cortometrajes de Madrid

3 comentarios:

Malas Compañias dijo...

Dentro de ti tu edad
creciendo,
dentro de mí mi edad
andando.
El tiempo es decidido,
no suena su campana,
se acrecienta, camina,
por dentro de nosotros,
aparece
como un agua profunda
en la mirada
y junto a las castañas
quemadas de tus ojos
una brizna, la huella
de un minúsculo rio,
una estrellita seca
ascendiendo a tu boca.
Sube el tiempo
sus hilos
a tu pelo,
pero en mi corazón
como una madreselva
es tu fragancia,
viviente como el fuego.
Es bello
como lo que vivimos
envejecer viviendo.
Cada dia
fue piedra transparente,
cada noche
para nosotros fue una rosa negra,
y este surco en tu rostro o en el mío
son piedra o flor,
recuerdo de un relámpago.
Mis ojos se han gastado en tu hermosura,
pero tú eres mis ojos.
Yo fatigué tal vez bajo mis besos
tu pecho duplicado,
pero todos han visto en mi alegría
tu resplandor secreto.
Amor, qué importa
que el tiempo,
el mismo que elevó como dos llamas
o espigas paralelas
mi cuerpo y tu dulzura,
mañana los mantenga
o los desgrane
y con sus mismos dedos invisibles
borre la identidad que nos separa
dándonos la victoria
de un solo ser final bajo la tierra.


Pablo Neruda


Oda al tiempo

Anónimo dijo...

Voy a dejar aquí un comentario sobre los niños , referido a lo de Julia Roberts.
Dejé otro sobre el "tiempo", pero se me borró todo. ¡Lo siento!.

Los niños escuchan, archivan en el subconsciente y observan lo que hacen y dicen los mayores.
El ejemplo que los mayores pongamos a su disposición es importante, pero no suficiente.
Existe una palabra clave para aplicar con los niños. Esa palabra es EDUCAR. Es la palabra base en casa y en el colegio. EDUCAR lleva consigo muchas connotaciones. EDUCAR es:
Hablar, hacer, poner, escuchar, explicar, implicarse corregir, imponer/se, dar... Con y para los niños.
Con el ejemplo se consiguen cosas, pero no se consiguenn todas las que se debiera.
Según la sabiduría popular:
"Las personas hablamos mucho a nuestros hijos. Incluso antes de que nazcan".
Y la sabiduría está en el mundo y en sus gentes. Luego si la palabra es un instrumento BASE en la comunicación. En la Educación de un niño es mucho más básica todavía.
Un niño es lo más básico de la expresión. Luego debes hablar con él a su nivel, sino, lo que consigues después de mucho hablar es dispersar su imaginación y su mente. Y eso es peligroso para su psique. Y mucho peor es que se acostumbre a ello.
Yo estoy con ellos, con muchos todos los días, y os aseguro que cualquier canal es fundamental en su educación. El ejemplo, es uno de ellos, pero no lo es todo.

"Hoy os dejo aquí la expresión de un niño. Desde sus balbuceos hasta sus frases enteras. Seguidlas todas, y veréis lo que tiene que ver, con la palabra, un niño".

Fdo:AIRELIBRE
20 Septiembre 2008

Terry dijo...

Sabio comentario AIRELIBRE.

Malas Compañías, AIRELIBRE, qué hermoso siempre lo que comentáis!

Abrazos!!! :)