jueves, agosto 30, 2007

Este no debería ser el post de hoy.Pero las circunstancias son las que son. El repentino fallecimiento del futbolista sevillano Antonio Puerta,hace poco más de cuarenta y ocho horas, ha hecho que nos replanteemos muchas cosas. Ha sido asombroso cómo este hecho ha sido capaz de amistar a gente desde siempre rivales. Resulta asombroso observar abrazados a béticos y sevillistas, ver y escuchar a béticos cantando el himno del sevilla y viceversa. Nadie se hubiese imaginado que íbamos a ver banderas del centenario del Sevilla arropadas entre banderas del centenario verdiblanco. Este jovencísimo futbolista es un héroe como pocos por la unidad que ha logrado en este aspecto.Por otra parte es lógico, ya que no se trata de un equipo u otro, sino de una persona joven, a punto de ser padre para colmo y que se ha marchado del mundo para siempre casi sin darse cuenta. Poco importan los colores.
Lo que, como yo más gente seguro que se ha planteado es otro tema: la fugacidad de la vida. Cómo de poderosa es ésa antiquísima entidad¿? de la guadaña ante la cual gente de toda condición deciden unir fuerzas en un vano intento por ganarle la batalla (ójala decidieran unirse del mismo modo para aquellas múltiples luchas en las que la unión verdaderamente hace la fuerza). Cómo cuando ella díce aquí estoy, ya nada hay que hacer. Como siempre ha sido, siempre es la invencible. Cómo siempre te deja esa cara de tonto semejante a cuando compras una tontería, pagas con un billete de 20 euros y te devuelven 30 céntimos y, te quedas ahí, mirando al dependiente mientras éste te díce por segunda vez "gracias" y te mira queriéndote decir: " ya se puede usted marchar". Aunque lógicamente en el caso que nos ocupa esta sensación es monstruosamente mayor. Cómo la vida de una persona (o un animal) que ha compartido tanto contigo, que tiene tantos proyectos por realizar y tantas sensaciones por conocer puede extinguirse así sin más. Cómo es cierto eso de que "para morirse lo único que hace falta es estar vivo".
Todo ello, inevitablemente te lleva a pensar y a temer por las personas a las que quieres, por todos aquellos que te rodean y de la facilidad con la cual "la invencible" puede arrebartarte cuando lo desee sin poder hacer nada por evitarlo. Te lleva a replantearte la de soluciones que existe para todo si te pones en serio a pensar y la poca importancia de las pequeñeces que nos causan dolor que, si bien , es cierto que duelen, al menos gozan de la compañía de una pequeña esperanza. Porque en todo hay esperanza salvo en el viaje final. Admito que me he llegado a angustiar pensando en esto. Pensando en tu familia, en tus amigos, en esa llamada de teléfono o ese e-mail que hace tiempo deberías haber realizado y aún espera como si la prisa no fuese necesaria. En esa visita a alguien que al final nunca realizas. En esa persona a la que quieres y aunque no la tengas cerca te gustaría abrazar con todas tus fuerzas si pudieras. En tus hijos, en tus padres, en tus hermanos, en tus amigos, en tu mascota que sabes que te adora como a un dios. Y, como decía una vecina del barrio del futbolista: "yo me decía: pero cómo no va nadie al hospital y le díce que se despierte, que no se deje ir, que tiene que abrir los ojos y volver a tomar la vida". Qué angustia de pensar tan solo que a estas personas me las puedan arrebatar en cualquier momento. En circunstancias como éstas,no puede existir rencor, ni celos ni enfados tontos hacia quienes quieres, incluso me darían ganas de lanzar yo misma al ángel de mis sueños en los brazos de otra mujer, con tal de que evitar una tragedia tan inmensa como perderlo en brazos de la cruel y poderosa: de la invencible. Nada puede ser peor por doloroso que nos parezca un enfado o una traición o cualquier otro problema que nosotros mismos nos causamos, que la pérdida final.
Como no quiero asustar con este post a nadie, otro día escribiré en positivo de "ella", perdonad que no la nombre, al menos hoy. Para muchas culturas irse de la vida terrenal no es otra cosa que un renacer, tomemos esa idea.
Y, por supuesto, mi más sincera despedida a Puerta, porque no hay colores, es verdad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

VIEJA COMO EL MUNDO

siempre que ocurre una desgracia parece que olvidamos nuestras rencillas personales y hasta profesionales, para ponernos del lado del que sufre. Pero digo que parece porque a renglón seguido decimos:
Pero "como la vida continúa..."
Y ahí se quedó nuestra solidaridad. Y al que le tocó de pleno la desgracia, sufre y sigue sufriendo. Es más, a los cuatro días, pasas al lado de él o de ella y hablas de otra cosa, y la desgracia mantiene el tipo. Dice la gente que si no preguntas, no se acuerdan tanto de lo que les pasó. Yo me digo:
¿Es qué la desgracia de perder a alguien se puede olvidar y recordar cada poco?.

Terry, todo lo que dices aquí sobre el futbolista es muy emocionante, pero creo que solo se queda en eso, en emoción (y no te parezca mal).
Yo no me creo que todos esos gestos de sollidaridad (por desgracia) se mantengan mucho tiempo. Y Por qué la vida es así, será su familia y su hijo los que al final agradecerán la solidaridad y se quedarán sin padre, sin hijo, sin hermano, sin marido...

Por otra parte, la muerte no es una "entidad" ni una "causa invencible". La muerte está ahí. Se presenta cuando nacemos y a la 1ª que puede actúa. En nosotros está muchas veces, que esa 1ª vez se produzca lo más tarde posible.

Dices que para todo hay esperanza. Yo pienso que para casi todo hay remedios. ESPERANZA, lo que entendemos por ESPERANZA, la hay, sobre todo para ese viaje final que vamos a hacer solitos y al que debemos llegar sin "deudas que pagar", sin "ofensas que redimir" y sin "historias que suenen a mal".
Por eso,si algo tienes que arreglar, es mejor que lo hagas a tiempo, porque luego no vas a volver a pedir perdón a quien antes te tuvo que perdonar, y por eso, a lo mejor tienes que pagar.
Pero es que nadie se imagina que le puede pasar, o que , como a Puerta, también te puede pasar a tí.

lo que sucede es que la palabra muerte, suena muy fuerte así dicha y todos la queremos olvidar.
Nosotros venimos de una vida y a otra vida vamos a volver. Es así de sencillo. Que le llames RENACER o CAMBIAR DE NIVEL, da lo mismo. Lo cierto es que te vas a ir, dando cuenta de lo que has hecho aquí. Según lo que hayas hecho aquí, así será tu otra vida allí.

Y ¡Es tan sencillo irse!. ¡Y tan bonito aquel lugar!. Para la gente de bien, siempre será tranquilo el irse. El problema reside en los que quedan aquí. Es doloroso perder una persona querida,por dos razones:
1ª No la vas a volver a ver.
2ª Por nuestra condición de mortales.
Por ambas cosas dependemos de las personas, sobre todo de las que nos quieren a nivel emocional.

Pero yo les aseguro que la GENTE DE BIEN no se debe angustiar por irse de aquí. Repito: ¡Es tan bonito aquel lugar!.
Y a las personas que queremos; hoy disfrutemos con ellas aquí. Mañana ¡ya se verá!.

Adsí es la vida de EFÍMERA. Éfimera , pero EFICAZ.


Fdo: AIRELIBRE

2 Septiembre 2007