Esta máscara no está mal. Hay otras que, al menos a mí, no me gustan nada. Pero a veces son necesarias. Sobre todo cuando no quieres hacer daño a alguien. Y la máscara molesta y asfixia la piel. Sólo a través del orificio para los ojos, observas el mundo. Sin más. Únicamente ella puede retener las palabras, únicamente ella puede esconder tu apesadumbrado rostro. Sólo ella proporciona intimidad a tus lágrimas cuando las hay. Y molesta, vaya si molesta. Pero por no hacerte daño, la seguiré utilizando todo el tiempo que sea necesario.
miércoles, marzo 12, 2008
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1 comentario:
Ahh, es la máscara del fantasma de la ópera !!! Incluso me atrevería a decir que es el cartel de Londres cuando cumplieron 20 años en los escenarios.
Ay, como lloré yo con el fantasma!
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