Debería hacer caso del maestro Coelho y caminar como el guerrero, lo sé. Debería hacerlo pero no lo hago. Solo encuentro dos vías: una es enterrarlo para siempre y que bajo la tierra solo llueva sobre mojado sin que nada le afecte porque estará muerto. Pero quedarán entonces sepultadas también cualquier rasro que quede de mis ilusiones. ¿O acaso no murieron ya? La otra vía es actuar como el guerrero de Coelho y avanzar no solo sin miedo, sino sin compasión, ni remordimientos, que "nada del exterior me haga detenerme". Y esto último es tan dificil. Esta tarde camino deambulante, se supone que debo estar alegre, busco algo bonito para un amigo, es un motivo de fiesta, debería estar feliz pero no lo estoy. Cuando la chica de la tienda me agradece sonriendo es entonces cuando me doy cuenta de que debería sonreír, pero apenas le hago una mueca de gratitud y no sonrío. Sé que debería estar contenta por muchas cosas, por el nuevo día, por la tarde tranquila, por el protagonismo en mi trabajo durante estas semanas, debería sentirme bien por el piropo de mi vecino, por la conversación con mi tío y por el reencuentro con amigos que pensaba para la tarde. Tendría que estar feliz por sentir el sol en mi cara y por las sombras que me alivian en la calurosa ciudad a estas horas, por la mirada bonita de aquél chico con el que me crucé, y por mi pequeño que quiere jugar. Tendría que estar contenta, sonriendo, feliz. Debería ,lo sé. Pero ensimismada en mil recuerdos, en busca de sueños perdidos, descansos y estrellas que no parecen volver. Perdida en tu recuerdo, y en tantas cosas. Pensando en tí, y en "ella", y en "ella", y en "ella" y en nosotros, y en un sueño, y en una pesadilla que pugna por ocupar el sitio de ese sueño...ni siquiera escucho la sirena del tranvía que me indica que, por favor, debo retirarme algo más de la vía. Y mis pensamientos hacen que el sentirme egoísta se úna a todos mis otros sentimientos. Y la desolación aumenta.Las cosas deberían ser distintas pero no lo son.