No te creas que me olvido... No te creas que no estoy pendiente, siempre lo estoy, aunque tú ni te enteres. No te creas que no me importas porque no te hable. No te creas que no estoy atenta a tus cosas porque no te diga. No te creas que mis silencios se deben al olvido. No te creas que no existo porque no me veas. No te creas que tu nombre, tu sonrisa, tu voz, tus ojos, tus manos...son para mí recursos a los que acudo como a un pasatiempo. No te creas que mi mutismo, que mi distancia es porque no me acuerdo o porque ni siquiera me entero. No te lo creas. No te creas que hay a quienes les importas más que a mí solo porque yo me escude tras el siencio. Todavía no sé si ese mutismo es una armadura tras la que me escondo o un favor que te hago. Pero no lo creas. La realidad es que yo vivo cada cosa que a tí te ocurre por pequeña que sea. La realidad es que ese silencio solo funciona como una horca que me va estrangulando. Pero ocurre como si fueras en un avión y la azafata te pidiera que te abrocharas el cinturón, por mucha necesidad que tengas de levantarte, de correr hacia algún lugar, tienes el dilema de que si te levantas, puedes llegar a provocar un accidente. La vida está llena de creencias falsas. No te las creas, por favor, no te las creas. T´estim massa...