Reliquias

El otro día, viendo un programa de tv, una reportera salió a la calle a preguntarle a la gente si le gustaba el chocolate, y caja de bombones en mano iba obsequiando con estas "joyitas" ;) a los que pasaban por su lado. Casi todos respondían que sí, que les gustaba y demasiado. Pero a esto que se cuela entre ellos una señora y díce: "A mí no es que me guste, la verdad. Pero bueno te voy a coger uno". La reportera se burló de esta actitud de la señora y la replicó: "Sí claro, si aquí a nadie le gusta pero todos me cojen". Si yo hubiera llevado esa caja de bombones, a la señora en cuestión no la habría dejado coger un solo chocolate. Vamos a ver señora, si no le gusta demasiado no se tome usted la molestia, déjelo para quienes disfrutan con él, mujer!. Yo con el tema del chocolate soy una maniática, muy golosa tampoco soy, con la vista me comería no una tableta entera, sino tres, pero luego en realidad con unas cuantas onzitas me harto enseguida. Incluso en ocasiones después de tomar dulce, el organismo me pide algo salado para contrarrestar. Prefiero los sabores más neutros( el hojaldre, por ejemplo) que los extremos, a mí los pasteles tipo tocino de cielo, merengue, las yemas, me resultan muy empalagosos, con dos bocados ya estoy cansada. Pero a pesar de eso, no sé qué me ocurre con el chocolate que le tengo un profundo respeto. Mira que si soy descendiente de los mayas y yo sin saberlo! O quizás lo fuí en otra vida :) Para mí el cacao es una reliquia, con independencia de que pueda comer más o menos cantidad, solo la palabra, solo el concepto...ya me provoca el tratarlo como una reliquia, algo sumamente delicado que hay que cuidar y mimar hasta el extremo. Tanto es así que restos que quedan en las cubiertas de las chocolatinas nunca los tiro, ya procuro yo que no queden restos. Es que tirarlo...malgastarlo...desperdiciar una joya es imperdonable. Sí entiendo a aquellas personas a las que no les gusta, eso es normal, a todos no tiene por qué gustarnos las mismas cosas. Y conozco a varios detractores del chocolate, se deleitan con la nata, o con el azúcar tostado y ya está. Otra burla es la típica entre amigos, cuando algún compañero ha aparecido devorando a mordiscos una tableta y aparece el graciosillo de turno: "Dícen que el chocolate es un sustitutivo del sexo", y yo en tales situaciones, si hay la confianza suficiente añado:"O un excelente acompañante", porque ya hay que ser agonías!. Ainss, si es que ya lo díce Juan Manuel de Prada: "El chocolate, ese lingote de oro negro envuelto el papel de plata" :)