-Una pregunta más.
-¿Sí?
Nunca se había sentido tan torpe ante una mujer.
-¿Querrá cenar conmigo el sábado?
-oh...Bueno...No creo que pueda.
-Comprendo.
-Quiero decir, me encantaría. Pero la verdad es que no tengo mucho tiempo para la vida social estos días.
-Lo comprendo.
Se sentía como un estudiante de último curso que acaba de ser rechazado por la popular animadora del centro.
Sonrió y ella se sonrió también. Dió la vuelta y empezó a andar hacia el coche; oyó cerrarse la puerta de la casa. Dejó de andar y se volvió a mirarla.
Un pequeño sapo saltó fuera de las matas al camino por donde iba Tony. Se sentó en el centro y le miró, sus ojos giraron hacia atrás para conseguir el ángulo necesario, su pecho marrón verdodo latía con fuerza, contrayéndose y ensanchándose.
Tony miró al sapo y le preguntó:
-Insistí poco,¿verdad
Tras una pausa, el pequeño sapo se decidió a croar.
-¿Qué tengo que perder?-preguntó Tony.
El sapo repitió el sonido.
-A mí también me lo parece. NO tengo nada que perder.
Se adelantó al cupido anfibio y llamó. Tuvo la sensación de que Hilary Thomas le observaba por la mirilla y cuando, un segundo más tarde, abrió la puerta, él dijo antes de que ella pudiera hablar:
-¿Soy terriblemente feo?
-¿Qué?
-¿Me parezco a Quasimodo?
-La verdad, yo...
-No me limpio los dientes en público.
-Teniente Clemenza...
-¿Es por ser un poli?
-¿Qué?
-Ya sabe lo que piensa ciera gente. Piensa que los polis son socialmente inaceptables.
-Pero yo no soy de esa gente...
-¿No es esnob?
-No. Yo solo...
-Quizá me rechazó porque no tengo mucho dinero ni vivo en un Westwood.
-Teniente, he pasado gran parte de mi vida sin dinero y no siempre he vivido en Westwood.
-Entonces me gustaría saber qué hay de malo en mí-exclamó mirándose burlonamente asombrado.
Hilary le sonrió y negó con la cabeza:
-No hay nada malo, teniente.
-¡Loado sea Dios!
-Realmente he dicho que no por una sola razón. NO tengo tiempo para...
-Miss Thomas, incluso el Presidente de los EE.UU consigue una noche libre de tanto en tanto. Incluso el jefe de la "General Motors" dispone de ocio. Incluso el Papa. Incluso el propio Dios descansó el séptimo día. Nadie puede estar ocupado todo el tiempo.
Hilary volvió a sonreirle y él tuvo que esforzarse por no coger su bello rostro entre las manos y besarlo.Se volvió y mostró el camino tras él. El sapo seguía allí.Se había vuelto para mirarlos.
-Pregunte a Mr Sapo-indicó Tony.
-¿Mr Sapo?
-Un buen amigo. Una gran persona.-Tony se agachó y miró al sapo-.¿Verdad que necesita salir y distraerse, Mr Sapo?
El animal movió lentamente sus pesados párpados y emitió su curioso ruidito oportunamente.
-Está absolutamente en lo cierto. ¿Y no cree que es conmigo con quien debería salir?
-Crüis-oc -le contestó.
-Ahhh -dijo Tony asintiendo satisfecho y enderezándose.
-Bien, ¿qué le ha dicho? -preguntó Hillary riendo-. ¿Qué me hará si no salgo con usted? ¿Me saldrán ampollas?
Tony estaba serio.
-Mucho peor que eso. me ha dicho que se meterá en su casa, subirá a su dormitorio y croará tan fuerte todas las noches que no la dejará dormir hasta que acceda.
-Bien. Me rindo.
-¿Sábado por la noche?
-De acuerdo.
-La recogeré a las siete.
Tony se volvió al sapo y le dijo:
-Gracias, amigo.
Hillary se echó a reir y cerró la puerta.
"Susurros". Dean R.Koontz