viernes, noviembre 23, 2007

"Cuando el alma llora, no nacen las palabras".
Pero en ocasiones, como en el caso de poetas, escritores y compositores, es justo en esos momentos en los que les surgen las mejores letras. Al menos, eso se ha dicho siempre. Y eso es lo que yo, personalmente, por lo que de "escritora" me toca puedo acreditar.

Nota: Eso de escritora es un decir, ya ven que un premio nóbel no voy a ganar.

4 comentarios:

erMoya dijo...

Ya lo decían uno de mis grupos favoritos "Beauty always comes with dark thoughts"

A decir verdad una noche la pasé entera discutiendo con una amiga sobre los posibles siginificados de esa frase, pero al menos yo la entiendo así.

Besos!

Toupeira dijo...

Yo tengo dos fases claras y contradictorias de momentos de inspiración, cuando me siento muy depre y cuando estoy eufórico.
¡Ojo! No padezco síndrome bipolar...creo.

Anónimo dijo...

El llorar es un estado del alma en el que se acomoda la melancolía por algo que late en tu interior, y que se organiza en tiempo presente.
Una melancolía, por otro lado, arropada por unos encajes finos, hechos con hilos de plata que protegen tu consciencia y recados le mandan al alma, para que alcance esa paz que luego transcribe el poeta con versos, que son los más dulces y mejores que pudo escribir su pluma, y los más dulces y sonoros que pueda escuchar su alma.

En una situación así, las palabras no existen, y tampoco nacen porque como decía en Salamanca D. Miguel de Unamuno: "Si las palabras no nacen no tienen expresión". Y no pueden tener expresión cuando ¡el alma llora! y las palabras no saben ¡por qué llora el alma!.

Yo como poeta que soy he pasado, paso y pasaré por multitud de estas situaciones, que llevan al mismo tiempo una carga fuerte de emoción que nosotros traducimos en versos, con una rima que pone nuestro corazón, y que los demás cuentan por sílabas y luego le ponen nombre... y métrica...y ¡Cómo si a la emoción se le pudiera métrica poner!.
Y como escritora que soy, junto la melancolía con las palabras, y llega un momento en que de verdad, esas palabras no suenan porque la melancolía se ha extendido y ante el fenómeno, se han quedado muertas.

Cuando el alma llora y las palabras se mueren, ni Salamanca las resucita. Solo la melancolía puede fabricar un rincón que cose con hilos de seda eso que cuando naciste te pusieron como regalo. Y un regalo no se pierde ni se olvida, si en él pusiste eso que un poeta llama "emoción", y que un escritor llama imaginación y lenguaje.

Por otro lado Terry. para llegar a premio nóbel, se empieza por algo. Y eso es lo que hacemos tú y yo ahora. ¡Quién sabe adonde nos llevará la intención!.

En mi espacio hay hoy calor. El fuerte calor de unas brasas,que encendidas os las mando: ¿Arroparán algún alma?.


Fdo: AIRELIBRE
25 Noviembre 2007

Fand dijo...

"Si las palabras no nacen no tienen expresión". Y no pueden tener expresión cuando ¡el alma llora! y las palabras no saben ¡por qué llora el alma!.

Claro, es súper cierto!