domingo, noviembre 11, 2007

Hoy Palomino (mi canario) se ha instalado en su nueva casita. ¿O debería decir casota?. De vivir en una pequeña jaula a pasado a vivir en un jaulón bastante más grande. El pobre, por razones de altura, lo necesitaba. Me tiene algo preocupada, resulta que los comederos que tiene ahora son diferentes, son justos los que el diseño de la jaula permite introducir y ¡no sabe comer de ellos!. Si fuera un canario anciano lo comprendería, pero con 3 años que tiene, su dificultad de adaptación me asombra. -Yo te creía más listo, Palomino. Es el comentario que llevo haciéndole desde que he conocido su reacción. Estaba más ilusionada yo con el cambio que él. Las primeras horas, se habrá sentido extraño. Es lógico, tras pasar sus tres años encerrado en un espacio tan pequeño de repente se ve en otro tres veces mayor. También es posible que la culpa la hayamos tenido nosotros, tanto empeño en observar su felicidad por estrenar "piso" nos hemos pasado visitándole toda la mañana, casi hemos estado haciendo turno,jaja. Yo creo que habrá llegado un momento en el pobre ha tenido que pensar:- ¡Vaya hombre, ahora va a pasar por aquí toda la familia!. Y es que, me he dado cuenta de los animales son como los seres humanos: los hay tímidos como Palomino y, los hay sinverguenzas como Antoñito. A las cuatro horas de llegar a casa, Antoñito ya estaba pegando saltos, subiéndose en todos lados, explorando por las habitaciones y mirándome en esa postura erguido sobre dos patas que parecía decir:- Me dá a mí la impresión de que nos vamos a llevar bien. Y eso que solo venía en acogida...anda que cualquiera le hubiese dicho después que se tenía que ir. Era diminuto, y tenía una cara súper graciosa, al cogerle te miraba de reojo, desconfiado pero dejándose hacer. A los dos días ya estaba dando disgustos: se metió detrás de un armario, por un hueco tan estrecho que a mí no me cabía ni la mano, si no llego a ver yo con mis propios ojos como asomó la cabeza y desapareció hasta el rabo, de verdad que no me lo creo. Afortunadamente, como es un tipo muy sociable, en cuanto escuchó el jaleíllo salió del escondite para ver qué estaba pasando para luego, en volverse a esconder en cuanto me vió aparecer. ¡Qué malo es!, no hay día que no elucubre alguna trastada. Pero realmente, lo admiro. Le admiro por lo constante que es, un luchador nato, un caradura, un buscavidas. Para él no hay imposible. Tiene una agilidad asombrosa. Yo me pregunto ¿Habrá Olimpiadas para animales?, porque él potencial tiene, ¡vaya si tiene!. Tendrían que verlo trepando. Y qué autónomo es, él solito se lo hace todo,¿Qué tú no le das una golosina?, no hay problema, ya se sube él a robártela(como haya galletas o dulces encima de la mesa, los huele a distancia), ¿qué tú no le has cogido en brazos hoy o no le has acariciado lo suficiente?, pues ya se encarga él de pegar un saltito y colocarse encima tuya mirándote en plan: ¡Venga, a acariciarme!, y se queda todo aplastadito mientras le acaricias la cabecita. Con los dulces es otro lío, como él no puede tomarlos(aunque algo cae), le doy una golosina de las suyas y se pone olerlo, haciéndote entender que él sabe que eso no es lo que él ha olido pero bueno, si es lo que le dan lo cogerá.¡ Pero es tan travieso!, cuando decide que ya está cansado de los brazos y se quiere ir, él solito se baja, o peor, se pone a tirar de todo papel que haya en la mesa. Ya he aprendido y siempre guardo copia de todo en el pc, porque si llega comerse un informe u otro semejante con el trabajo que cuesta hacerlo...me acuerdo hasta de la madre que lo parió por muy coneja que fuera. Pasa de todo, intento reñirle, me cabreo con él y con una palmada intento detenerle: ¡Antonio!!!, pero él sigue a su bola...
De todas formas, esa filosofía de vida que practica me gusta. Sí, le admiro, cómo no hacerlo.
¿Más cosas sobre él? Pués es un ladrón de fruta,jajaja. Pero también es muy, muy mimoso, en cuanto salgo de la habitación corre a buscarme, en cuanto me levanto empieza a girar alrededor mía(vamos que no me deja ni a sol ni a sombra), solo quiere mimitos. Y un defectillo: le da por morder todo, y lo malo es que te muerde donde le pille.

Pd: Me tiene las manos( de arañazos y mordiquitos) que ya no me cogen ni para el "antes" de un anuncio de crema de manos.




3 comentarios:

Toupeira dijo...

Con un Antoñito en casa no queda tiempo para aburrirse.
Hemos tenido problemas informáticos, si quieres visitarme o cambiar la dirección de enlace pulsa Aquí

Anónimo dijo...

A mi me encantan los animales. De hecho, en casa, tengo varios!! Un perro, periquitos y hasta hace poco tenia un hámster.
Siempre, siempre quise tener un conejito. Pero vamos... Antoñito, por lo que has contado, tiene que ser un terremoto!! :)

Un besote!!

Anónimo dijo...

toupeiro, "problemas informáticos", y siempre tan inoportunos.

Lorena, sí,¡¡un terremoto!!, no se para quieto. Todo el mundo me díce que como es un gazapín pues qué pretendo, como todos los niños chicos quiere jugar. Pero es muy inteligente y muy cariñoso:lo llevo de guardaespaldas por todo el piso,jajaja.

Abrazos!

Terry