martes, noviembre 20, 2007

Hoy ha llovido sí. Y ha llovido mucho. La lluvia ha convertido la jornada de muchos sevillanos hoy en un auténtico caos. En mi caso, he tenido que elegir entre aguantar atascos insufribles o mojarme de lo lindo. Y elegí esto último. Mi padre, hoy ha tenido que regresar a casa mucho más temprano de lo normal por miedo a quedarse atrapado en mitad de un desbordamiento(es represetante y el coche es su medio de trabajo) y, así otros muchos trabajadores han llegado esta mañana con hora y media de retraso por culpa de las retenciones. Atascos mil, sirenas de bomberos y patrullas de policía por todas partes, semáforos apagados, árboles doblados hasta casi el mismo suelo, teléfonos sin funcionar. En el momento en que opté por lanzarme a la aventura, debo decir que no llovía. El cielo estaba avisando eso sí. Si me doy prisa, llego antes de que comience a llover-, me dije. Cuando quedaban unos kilómetros para llegar a casa, un relámpago nos mandó su saludo a los paseantes. Y segundos después: la calle se tansformó en una ducha gigante. Inconvenientes: estaba a pocos kilómetros de casa, pero los suficientes como para ponerme como una sopa y, demasiados pocos para esperar a que escampara. Para colmo, me suena el móvil, o eso me parece. Lo cojo, tengo una llamada perdida que no comprendo cómo he podido perder porque lo tenía encendido y con sonido. Es de mi casa,¿a estas horas? me sorprende y me deja preocupada. La cosa empeora, intento llamar y la llamada se me corta, así repetidas veces, acelero el paso y me pongo como una verdadera sopa. Mis pantalones parecen haber sido recién sacados de un cubo con agua: chorreando. Y mi pelo...parezco recién salida de la ducha. Espera, que no, que aún no salí de la ducha, sigue sobre mi cabeza y mis pies tropiezan con pequeños granizos que van cubriendo las calles. Al fin llego a casa y me alegra saber una cosa: mi móvil no está averiado, también a mi padre le falla, y lo mismo el teléfono fijo: es por el temporal. Finalmente, me ducho, con agua caliente ya e intento secar todo el desastre.
(...)
Antoñito cada día está más loco. Ahora le ha dado por saltar a las sillas: sube-baja,sube-baja y cuando se cansa de una, se va a la otra. Se pone de pie, mira que cerca de la silla hay dos mesas: la de donde come su mami y la otra dónde están sus chuches. Examina, con interés contemplando las nuevas posibilidades: -nuevo reto= subir a la mesa.-Imagino que debe estar planificando. Y yo mientras pensado:-éste se la pega!.
(...)Tengo curiosidad por leer el libro de "El extraterrestre rosa" que enseñé en otro post. Por el prólogo me suena que tiene que ser algo parecido a "Sin noticias de Gurb". Aunque pensándolo, comparar a Eduardo Mendoza no es fácil.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

la verdad es que si parece un desastre todo lo que cuentas. Pero también porque la tormenta fue en Sevilla. En mi tierra estamos acostumbrados y las vemos de otra manera.

Algunas veces es necesario que se produzca un desastre para evitar otro desastre mayor.

Con la tormenta:
-la lluvia limpió la contaminación.
-Los truenos sacudieron la atmósfera.
-Los relámpagos visualizaron el agujero por donde se nos cuelan los rayos ultravioletas.
-El agua llenó el cauce de los ríos.
-El gas acumulado en las nubes limpió el ozono.
-La tierra agradeció la rociada.

El único desastre fue el granizo, porque las piedras nunca fueron buenas para nada. Pero ¿a lo mejor fue necesario el granizo para limpiar el ambiente? ¿Fue necesaria la lluvia para que lo agradeciera la tierra?. Aunque por el medio te mojaste, se estropeó tu móvil... Son las consecuencias colaterales del desastre.

Terry, yo creo que tú pasaste un mal rato, con daños colaterales incluidos; pero para tí, no llegó a ser un desastre.

Todo lo que aquí digo en tono un poco jovial, está escrito en sentido figurado. Cada uno que lo aplique a su vida y a sus problemas y entonces verá que: Los problemas no son desastres, son "problemas". Hay desastres que no se ven (otros que si), y esos si que son verdaderos desastres.

De todos modos, Antoñito está aprendiendo, y más de cuatro veces, ¡ten cuidado! te va a organizar un "desastre" en casa.

En mi espacio hoy se puede apreciar como florece un capullo en el agua. Con un puñado de amistad os lo hago llegar, vía una lluvia que calma.


Fdo: AIRELIBRE
21 Noviembre 2007

Anónimo dijo...

La lluvia me gusta. Y claro que no es ningún desastre lo que pasé en lo personal. Para desastres otros. Fue un día movidito, eso sí.

Antoñito y sus desastres, ya me los conozco. ES un "bebé" y quiere jugar. ¡Qué le vamos a hacer!, prefiero que quiera jugar a que esté apagadito y enfermo, claro.

Abrazos!!

Terry