lunes, diciembre 10, 2007

No suelo ser perezosa por las mañanas, normalmente salgo de la cama rápido y sin quejarme. Pero hoy, me ha costado. Y eso que no he tenido la posibilidad de disfrutar del puente, sin embargo, tantos días así alteerados me ha pasado factura. Quizás sea porque los sábados suelo salir a la compra y como este sábado estaban los comercios cerrados tuve que ir ayer domingo, lo cual supone la combinación idónea para no saber ya ni el día en el que vivo. Siete y cuarto de la mañana, escucho el jaleo de mis vecinos, en un estado semidormida me digo: ¡Qué bien, a seguir durmiendo!, inmediatamente me doy cuenta: hoy es ¡¡¡lunes!!! :( Pienso que lo peor no es eso, lo malo de esta semana es que va a ser extraordinariamente larga y no ya por recuperar la vieja costumbre de tener que trabajar los 5 días semanales,jaja, sino porque después de 15 días este jueves, de nuevo, a terminar súper tarde. Después de 15 días, si es que qué pronto se acostumbra uno a lo bueno... La cosa podía quedar ahí, pero va a más. El viernes no llegaré a casa hasta por la noche( y cuando digo la noche no hablo de las 7 de la tarde, sino de noche noche. Vamos que el fin de semana se me va a hacer bien cortito porque ya tengo planes para ellos y no precisamente irme de fiesta. En fin, qué se le va a hacer, mírenlo por el lado positivo, ya queda un día menos.
Creo que lo que más rabia me ha dado de despertarme hoy, más aún que el sueño y el picor de ojos que tenía(anoche me acosté tarde sí, pero no es ninguna novedad) ha sido que justo segundos antes de darme cuenta de la calamidad de habérseme escapado un puente sin ni siquiera acariciarlo, ha sido que justo esos segundos antes, estaba soñando con él, (ya saben con quién). No sé si sería un sueño bonito o nefasto pero me hubiese gustado haberme podido quedar a averiguarlo. Llevaba mucho tiempo sin soñarle y me habría venido muy bien. Me habría venido genial para tomar fuerzas en esa "lucha" de la que hablé en el post anterior. Ya dije: pienso no olvidar ese consejo-momento de plena consciencia o como quieran llamarlo, pero la pereza derivada un poco de la desesperanza me arrastra fuertemente a quedarme quieta. En seguida de levantarme, me puse a recordar canciones e intentar sacar adelante el día. Esta es una buena técnica. Y por supuesto, si te ayudas de la sonrisa de alguien especial, al menos el buen comienzo de la mañana está garantizado.

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