martes, febrero 19, 2008

Tormenta

En los sentimientos también se dan tormentas, también aparecen nubarrones que nos amenaza fuertes borrascas y afortunadamente también sale el sol y las últimas gotas de lluvia nos permite vislumbrar un hermoso arcoiris. A veces el arco iris tarda en salir, a veces la lluvia parece inundar tu alma y el frío intenta helar tus sensaciones, pero la primavera, tarde o temprano acaba por llegar. El domingo experimenté algo parecido: un cúmulo de sensaciones sucesivas, pasando por todas estas etapas. En apenas diez-quince minutos. Una experiencia como esta, por escabroso que parezca, puede resultar enriquecedora. Como ya adelanté, llevaba un tiempo bloquedada en cuestión de ideas, "se me olvidó cómo pensar". Es increíble cómo el ser humano reacciona ante situaciones desesperadas y cómo espera a estar en una situación desesperada para reaccionar. Tenía razón Andrés Ibañez en sus comunicados de la tortuga celeste con su artículo "Puedes hacer lo que quieras". Estás vivo pero vives como si estuvieras muerto. Increíble pero cierto. Así es, al menos en mi caso, y creo que no seré la única. El ser humano sólo aprende a valorar las posibilidades cuando las pierde, o cuando está a punto de perderlas y, en ocasiones, viene bien un pequeño "susto" que actúe como desfibrilador sobre tu corazón y le dé ese impulso que necesita para salir de su pasividad natural, de su lasitud, de su pereza. Ese pequeño gran aviso que te hace ver todo lo que has perdido para luego ayudarte a tomar las riendas fuertemente y no dejarlas escapar. El domingo experimenté algo semejante. En esos minutos en los que creí haber perdido una ¿gran? oportunidad y me agobiaba tratando de encontrar una solución para arreglar el mal, por mi cabeza lamentándome iban pasando todas las posibilidades perdidas con la nueva situación. Finalmente, no fue más que una falsa alarma, pero les juro, que la multitud de sensaciones que experimenté no tienen precio. Una tras otra: del susto, a la tristeza, al alivio, a la alegría, luego la esperanza, la ilusión. Somos así de tontos, necesitamos de esos pequeños-grandes sustos para despertar de nuestro letargo y actuar. Somos así de pesimistas, vemos las posibilidades que tenemos sí, y las valoramos, pero cuando ya se perdieron(o creemos haberlas perdidos). Al menos algunos de nosotros.
Esta nueva situación ha venido en un momento poco apropiado. O no. La verdad es que tal vez suponga la excusa que necesitaba, un claro en el camino que me permita visualizar la ruta a seguir y que por mí misma no conseguía ver. ¿Serán los hados que han acudido a mí en el momento justo de desesperación? Esta estrella (esa luz) me ha venido muy bien. Pero estamos de nuevo en la disyuntiva, en la desazón de volver a equivocarnos. En estos momentos echo de menos a cierta amiga que está algo lejos y cuya opinión me ayudaría a valorar la situación y las opciones. Sobre todo porque ya hablamos de esto y de la necesidad de que algo así ocurriera. Y justo ocurre cuando ella no está. Lo que son las cosas. La situación es "graciosa" porque puedo volver a cometer la misma metedura de pata que la vez anterior. Aunque ni siquiera sé a ciencia cierta si la metí. Puede que descubra que no fue así, puede termine de liarla del todo. O puede que todo quede tal y como está y no averigue nada. De todos modos, mi decisión no será facil. Supongo que lo adecuado en estos casos es valorar. Colocar en una balanza aquello que tiene más peso para mí y jugármela de nuevo. Con esta expresión pareciera tener clara ya la decisión. No es fácil. No es nada fácil. Ese "aviso" no lo puedo desatender, eso es claro. Pero en cuanto a lo otro...al final va a resultar que soy una kamikaze, puedo volver a tropezar con la misma piedra. Yo que siempre fui prudente en todo, yo que el riesgo no se puede considerar una de mis características. Sin embargo, si se trata de poner en una balanza "....." y mis esperanzas, ¿Qué tendrá más peso?. Que los hados, si es que existen, no me abandonen.

1 comentario:

erMoya dijo...

Ultimamente me encuentro un poco descolocado y, sinceramente, me cuesta pensar. Será la resaca de los exámenes no se... así q solo te diré un cosa.

Como buen estudiante de telecomunicaciones que intento ser te diré: llama a tu amiga!!! xD En serio, está lejos, si, pero en el mundo actual las distancias son mucho más cortas de lo que parecen ;)

En fin, espero volver otro día con comentarios mas inteligentes...

Besos!