domingo, abril 13, 2008

En estos días también he tenido la oportunidad de apreciar ciertas cosas, como por ejemplo: el milagro de la vida a pequeña escala. En estos días de lluvia, mientras observaba las gotas caer, reparé en la verdina que crecía incipiente en la esquina húmeda de la ventana. Estos detalles te hacen pensar, darte cuenta de lo poco que es necesario para que surga la vida. Un milagro. Era sorprendente como el temporal descargaba con tan inmensa fuerza, el viento, el agua. De repente paraba de llover y el cielo se despejaba casi por completo, y al momento otra vez cubierto, otra vez lloviendo con la misma fuerza. Y tantos días seguidos, algo no muy habitual. La facilidad de la naturaleza para hacer y deshacer, solita sin ayuda de nadie. Tan milagroso como que a la noche le siga el día, al verano le siga el otoño o el invierno se transforme en primavera. Milagros como esos, y que suceden. Siempre suceden, y TODOS lo vemos. No hay que irse a Hollywood para presenciar la magia, ni siquiera al teatro de la esquina, los tenemos en nuestra propia vida, en cada rincón incluso de nosotros mismos. Y Dios o el Creador o la Madre Naturaleza o...llamémosle como se quiera, es el Gran Mago de entre los magos. Él sí que sabe de magia.
(...)

Esta tarde de domingo como quisiera pasarla contigo. Abrazada a tí, sin hacer otra cosa, sin esperar nada más porque es todo cuanto deseo. En fin, tendré que esperar un poquito, solo un poco.
¿Saben que el tiempo no existe? ;-) Buen inicio de semana!

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