sábado, mayo 10, 2008

Gafas de ojos de mosca

Lo primero creo que debo una explicación a todos por los acontecimientos de estos días. No era mi intención, en principio, convertir el blog en privado (¿qué sentido tendría eso?), sino dejarlo. El blog forma parte de mi vida de una manera importante. Cuando no actualizo me falta algo, supongo que en parte por mi alma de periodista, y en parte porque ya todos los que pasan por aquí, en cierto modo, formáis parte de mi mundo. No quería drásticamente suprimirlo sin más, necesitaba pensar. Pero entrar en un blog y ver un último post de hace meses, no me gusta la sensación que produce. Luego me acordé de AIRELIBRE, de Flor, de Jairo, de Rafa, de Ángel, de aquéllos que anónimamente leen lo que escribo y que disfrutan con ello. Y sinceramente, no podía hacerles esto. Me habría dado mucha pena perderos. El blog queda abierto de nuevo. Lo único que espero es no hacer daño a nadie con las cosas que escribo. Todo lo que aparece aquí sale de lo más profundo de mí, del corazón. Todo es auténtico. Y de verdad, no soporto la idea de que nadie pueda sentirse mal, herido o desanimado después de leerme. No hablo de "él". Esta vez, no es "él" el motivo de mi preocupación. Llevo unos días en los que voy "con gafas de ojos de mosca". Para los que no lo sepan, esto procede de un cuento. Imaginen un parque muy bonito, lleno de flores y de vegetación, luciendo el sol. Allí, se pasea un perro que, a su paso, deja un excremento. Posteriormente, una mosca llega volando y en mitad de tanta hermosura ¿adivinan a dónde se arrima? Al excremento del perro. En cambio, ir con gafas de ojos de abeja significa justo lo contrario: en ese mismo cuento, es una abeja quién vuela alegre por el parque y se arrima, lógicamente a las hermosas flores. Es una visión del pesimismo y del optimismo, visto según qué gafas eligas ponerte. La verdad, es que tengo motivos para estar muy contenta, otra persona en mi lugar estaría rebosante de alegría. Mi situación es mucho mejor que antes, sí, hay flores muy hermosas a mi alrededor. Debería sonreir y volar alegre como esa abeja del cuento. Sin embargo, me he sentido perdida, desorientada. La brújula llegó a indicarme el norte, pero no he querido verlo. Y me siento perdida porque no sé cómo continuar mi camino sin hacer daño a otra persona. Cualquiera avanzaría sin más porque es su camino no el de otros, pero yo no soy así. No soy mejor ni peor, sencillamente conozco lo mal que se pasa y no le deseo a nadie ese dolor. No sé si hago bien o mal. Aquí vuelvo. Espero no hacer daño a nadie con lo que yo escriba.
Ójala pudiera encontrar una brújula que me indicara mejor hacia dónde diriguirme, cuál es la ruta más apropiada. La busco. Y espero encontrarla.


Gracias a todos!!!

3 comentarios:

Unknown dijo...

Me alegro que haya vuelto a tu blog!
Y espero que te pongas pronto "las gafas de ojos de abeja"!
Saludos,
Aigüeta

erMoya dijo...

Bueno, antes que nada decirte que si necesitas ayuda o consejo no dudes en pedirlo de forma explícita, eh ;)

En segundo lugar decirte que tienes que seguir tu camino, sí, a toda costa... peeeeero... hay muchas formas de andar y de avanzar. Me explico, no? Pues eso...
Tambien te digo una cosa. Es que te veo demasiado preocupada por dañar a los demás, y eso es bueno y malo a partes iguales.
Se te ve intención de no hacer mal a nadie, pero si creyendo que no haces mal a nadie acabas haciendolo, no te culpes. El resultado cuenta, sí, pero también la intención.
No se si captas lo que quiero dar a entender...

Bueno primor, un beso!

Inma dijo...

Ey Terry... Acabo de leer el mensaje y voy a tomarme la confianza para opinar si me lo permites; la verdad es que no debes pensar si haces daño o no, es tu blog y punto. Debes sacar todo lo que sientas porque para eso estamos aquí, escribiéndonos los unos a los otros, opinando sobre vidas anónimas para escapar un poco de las nuestras. Denoto que tienes una gran sensibilidad, y arrojo no te falta... Así que camina hacia delante, sin pausa pero sin prisa... Conociendo cada paso que das y cada consecuencia que pueda devenir pero, sigue caminando siempre.


Mil besos desde Cádiz.-